SCRIPELES o ESCRIPELES
Para poner blanco sobre negro y al haber visto en Internet algunas recetas que ni se parecen, a continuación la verdadera: de tradicion oral y como debe ser...
INGREDIENTES
1 kg. de harina
50 gramos de levadura
1 huevo entero
1 tacita de azúcar
1 té de 5 ramitas de romero (tibio)
PREPARACION
En un bol de vidrio o de plástico, colocar la harina, deshacer la levadura, agregar el azúcar, hacer un hueco y poner el huevo, agregar el té de romero tibio y unir (no amasar). Dejar levar al doble al calor del horno. Poner aceite (prefiero grasa de vaca) en una sartén, mojarse los dedos en aceite y pellizcar trozos de la masa y poner a freír, espolvorear con azúcar.
HE DICHO.
domingo, 10 de mayo de 2015
miércoles, 23 de octubre de 2013
Los pájaros abandonados (segunda parte)
El Tordo, que sabía
mucho de elegir pájaros (inclusive las malas lenguas decían que tenia la
extraña facultad de elegirse a sí mismo durante varios inviernos), meditaba con
los ojos entrecerrados sobre el resultado de la pasada Asamblea del Bosque y
con un dejo de vanidad esbozaba una sonrisa cómplice del resultado: como lo
había predicho, fueron escasos dos gorjeos y ninguno alcanzó a trinar por tres
veces seguidas... pero esto recién empezaba, ésta elección ya era definitiva, ya no se trataba de meros aleteos o trinos
de prueba, ahora la lucha era por los nidos.
Apremiado por el tiempo
y las circunstancias, levantó un planeado vuelo en dirección a su nido en el
Arbol Grande, pero sospechó que eso provocaría un desbande y decidió
establecerse en otro que si bien no era suyo como el primero, estaba lo
suficientemente cerca para poder observar fácilmente los movimientos de los
demás pájaros e inclusive parlotear con algunos de ellos más privadamente, cosa
que no tardó en ocurrir, bien por su espíritu de conciliación o en otros casos,
porque convengamos que ciertas especies saben mucho de supervivencia y han
resistido vendavales por la intuición y el olfato que da el vivir en el bosque.
El primero en caer fue
el cuervo, que daba la sensación de estar imitando a otro pájaro, aunque el
experimentado Tordo no se decidía por cual, de todas maneras dejó que se quede
en una rama bastante cercana y hasta le permitió escuchar alguna que otra
conversación, éste agradeció el gesto de la mejor manera posible: guardando silencio
.La vanidosa lechuza tuvo mas suerte, no se supo nunca si fue el resultado del
comentario del ruiseñor encuestador o la enorme bolsa de semillas que ofreció
como ofrenda de paz ante el comentario burlón de los loros repetidores, que
felizmente no fue escuchado por nadie, salvo por las palomas, que vox
pòpuli guardaban celosamente los
secretos del bosque, aunque nunca participaran en ninguna elección.
La hora del Mejor Pájaro
del Bosque se acercaba atropellando y hasta mudando el color de algunos plumajes
y ponía nervioso a más de uno, que en alguna que otra oportunidad y producto de
esa situación, gorjeaba de forma inconveniente, como el caso del joven mirlo
que creía buena estrategia hablar con los demás pájaros de lo que sucedía en su
árbol, pero sólo conseguía ventilar cuestiones de follaje que ni lerdos ni
perezosos, los gorriones se encargaban de hacer circular de rama en rama. A
alguna calandria se le ocurrió posarse cerca de la rama del Tordo y hacer
excelentes imitaciones (como ya era su costumbre) de otros pájaros y levantaban
vuelo ufanas de haber engañado al Tordo logrando su cometido, aunque jamás
sospecharon que el experimentado pájaro podía desde tiempos inmemoriales
reconocer los gorjeos de cada uno de ellos y las miraba irse con una sonrisa
entre cómplice y vengativa. En una de esas largas y negociadoras reuniones, el
Tordo recordó a un antiguo compañero pájaro y creyó oportuno escuchar de su
propio pico cuestiones relativas a la marcha del Bosque, para ello le encomendó
al hábil cuervo ir a hablar con el cardenal del llano, pero vanos fueron los
intentos del emisario, le fue rechazada muy cortésmente la invitación al
parloteo (inclusive la agradeció) pero pretextó una limitada capacidad de vuelo
y ni siquiera fue, pero ya se sabe de la naturaleza arisca de éste pájaro: ve
trampas por todos lados y gorjea a los
cuatro vientos que jamás conoció una jaula, pero bien puede ser otra de las
tantas leyendas forestales.
Muchos días después, el
Tordo puso su estrategia en marcha. Utilizaba frecuentemente las horas de
silencio, en la que la mayoría de los pájaros descansan, para maniobrar
hábilmente las semillas que atesoraba en el granero (incluidas las de la
lechuza) y tan sólo en una oportunidad sobrevoló el bosque con el sol en lo más
alto, para demostrarse a sí mismo y a los pájaros agoreros, que conservaba
intactas las condiciones de volar y trinar. Aunque tuvo la precaución de
hacerlo en compañía de bandadas amigas y plumajes de confianza. Una vez, más,
el bosque entero se preparaba a elegir El Mejor Pájaro del Bosque y el Tordo
maniobró en función de los gorjeos, esta vez estaba seguro de poder hacer oír
su trino, ese trino tan particular que reconocían en todos los bosques donde
hizo nido alguna vez, quizás hasta lo estuviera esperando su propia rama, en lo
más alto del Arbol Grande. Ya despreocupado, decidió descansar y se sumergió en
un profundo letargo, a la espera de la inapelable decisión del Bosque.
Ya era tarde para parloteos, semillas o vuelos nocturnos,
excepto las palomas, que fieles a su tradición, jamás decidían nada, los
gorriones seguían alborotando las vísperas con sus correrías, los ruiseñores
seguían preguntando por costumbre, los loros repetían constantemente el nombre
del elegido, los cuervos cruzaban los dedos por la suerte de su alfa y las
calandrias se mimetizaban con su canto entre todos los pájaros, generando la
confusión de costumbre.
Del resto de los
pájaros, sólo se destacaba cierto dejo de perplejidad en los cabecitas negras;
esperaron mucho tiempo la vuelta del Tordo pero ni siquiera pudieron pudieron
acercarse a su rama ni probar una mísera semilla.
martes, 13 de agosto de 2013
Los pájaros abandonados.(primera parte)
Él Árbol Grande estaba totalmente colmado y se podía
palpitar la expectación: todos sabían para que estaban ahí aunque ninguno
estaba preparado para lo que iba a venir. El viejo tordo, a prudente distancia,
observaba la reunión desde lo alto de su rama favorita, con un dejo de tristeza
mascullada que le erizaba el plumaje, todos esos pájaros eran (o habían sido)
casi como sus hijos. Entrecerraba los ojos y podía recordar los años plácidos
de los primeros vuelos de cada uno. Gorriones que se transformaban en águilas,
halcones que se convirtieron en palomas y los caranchos... que inexorablemente
seguían siendo caranchos, pero los peores eran los mixtos, que se mezclaban con
pájaros distintos y pretendían que eso era algo normal. De pronto, un murmullo
lo despertó, eran los gorjeos que
venían del bosque con la novedad:
¡ Van a elegir El Mejor Pájaro del Bosque !
El viejo tordo, que había pasado innumerables veces por todo esto, sonreía para sus adentros y acomodando el plumaje a la tibieza de la rama, se dispuso a escuchar sin interrumpir.
- Deberíamos vestir las mejores plumas, dijo la lechuza, eso hará que se fijen en nosotros.
- No, no. no, dijo el gorrión, nosotros tenemos un color que no llama la atención y sin embargo somos tantos que fácilmente podríamos ser los elegidos.
- Según como se mire, intervino el cuervo, nos corresponde a nosotros el honor de ser los mejores, ya que tenemos habilidades como imitar la voz humana y hasta podemos, humildemente hablando, sacarle los ojos.
Unos loros que escuchaban entre tímidos y resignados, decidieron no decir nada ante este comentario, un poco por saberse íntimamente repetidores y otro poco por el miedo a la represalia de los “pájaros asustadores”, como le decían ellos en la intimidad de sus nidos.
- Queremos ser escuchados, gorjeó fuertemente un cabecita negra, no queremos desaparecer como ya ha pasado en otros bosques con el pretexto de la reubicación con fines de progreso ¡
Las palomas, haciendo gala de su mote histórico, aún no se habían enterado de la reunión y por lo tanto andaban entremezcladas con los demás pájaros, picoteando las migas que el tordo dejaba caer con una actitud que los cuervos tildaban de displicente, los gorriones miraban con satisfacción y los loros con cautela.
-Atención, atención, se oyó gritar al cuervo, si están todos de acuerdo, que cada pájaro exponga y procedemos de una vez.
- ¿Y quien elige a quien ?, preguntó un pájaro carpintero recién llegado a la reunión.
- Lo ideal es que cada uno de nosotros se postule como candidato y votemos todos, dijo un cabecita negra.
- Me opongo, dijo un cuervo, propongo una reunión de cada uno representando a cada uno de nosotros y nos sentemos solos en una rama más chica para poder hablar tranquilos,
Uno de los loros acomodó el plumaje para negarse, pero nadie supo que quiso decir porque su compañero le recordó al oído que con su comentario iba a contradecir a uno de los pájaros asustadores y finalmente el loro calló.
- Propongo que consultemos al tordo, dijo el ruiseñor, en otras oportunidades lo hicimos y no nos fue nada mal, no ?
- De ninguna manera, saltó un mirlo joven, ha llegado la hora de que se escuchen voces nuevas en el bosque !
Este comentario caló muy hondo entre los presentes y especialmente entre las calandrias, que de tanto en tanto y haciendo gala de su facilidad para burlarse de otros pájaros los imitaban desde las altas ramas de un pino, divirtiéndose con las confusiones producidas.
El viejo tordo decidió que era hora de levantar vuelo por un tiempo y se dirigió a un árbol lo suficientemente lejano como para no oír el bullicio de la asamblea pero no tanto como para no enterarse de a ratos de que iba la cosa. Sabía en lo más íntimo que ése era su bosque y aunque se burlasen los mirlos o le patearan el nido continuamente las calandrias, siempre iba a contar con el apoyo incondicional de los cabecitas negras, que tenían vivo el recuerdo de los primeros vuelos, los primeros nidos, las primeras tormentas...decidió que lo mejor era quedarse en ese árbol y empezó a entre dormirse lentamente.
Mientras tanto, la asamblea continuaba, sin poder ponerse de acuerdo sobre la forma en que iba a ser elegido El Mejor Pájaro del Bosque.
- Tengo una idea, dijo el ruiseñor, llamemos otros pájaros de otros bosques y que ellos pregunten de forma anónima quien podría ser de nosotros el elegido.
- No sirve, dijo el cabecita negra, ya lo han hecho en el bosque de al lado y a nuestros hermanos nunca les preguntan nada.
- Ya sé, gorjeó tímidamente un mirlo, dividámonos en varios árboles, deliberemos y traemos a la Asamblea cada resultado y los discutimos entre todos.
Este comentario provocó una ola de discusiones, insultos y el ruido de los aleteos se hizo insoportable al punto de que nadie escuchaba las protestas del mirlo, que sostenía a pluma batiente que él no había dicho tal cosa, mientras una calandria oculta entre el follaje, se regodeaba en su perfecta imitación del pobre mirlo, señalado para siempre como el causante de la batahola.
La discusión se prolongó hasta altas horas de la noche y extrañamente y sin que nadie se percatara de ello, estaban ya dispersos en distintos árboles, aunque curiosamente, podía distinguirse en cada árbol la presencia de un mixto, que con actitud humilde y respetuosa, escuchaban en silencio y asentían cada comentario, fuera cual fuera el pájaro que lo gorjeaba o el árbol en que se encontrase.
Se acercaba el día y finalmente, debían tomar una decisión y los cabecitas negras se esperanzaban en que la cordura iba a reinar y se acomodaron en las ramas del Árbol Grande a esperar la llegada de los otros pájaros. Fue en vano. Finalmente se decidió que iban a elegir entre todos y por separado, que fue la única frase que hizo levantar la cabeza a las palomas, que se miraban entre sí extrañadas, tratando de entender que querían decir con eso, aunque finalmente volvieron a las miguitas, total, ellas nunca se interesaron por esas cuestiones vanidosas y de hecho, jamás elegían a nadie.
El tordo estiró lentamente sus alas, se incorporó en silencio y decidió que había llegado el momento de actuar, inspeccionó las otras ramas y los otros árboles antes de salir y finalmente volvió a sobrevolar, amparado en la oscuridad de la noche, al Árbol Grande, que estaba completamente desolado, ya que los últimos cabecitas negras que quedaban, habían decidido irse a sus nidos, porque nada tenían que hacer allí, al fin y al cabo el único pájaro que los entendía los había dejado solos, a merced de los cuervos, que tomaban posición del Árbol Grande, acomodando en las mejores ramas alguna que otra calandria, dos o tres mirlos y estratégicamente ubicados, una considerable cantidad de mixtos, que nunca pedían la palabra y escuchaban en silencio, ellos tenían la ventaja y la costumbre de poder hablar en otras ramas y en otros árboles, a solas. Alguna calandria chismosa llegó a afirmar muy oronda, que ellos podían hablar a solas hasta con el tordo, aunque como decía un cardenal viejo: “lo que pasa en el bosque, queda en el bosque”.
Finalmente, la votación se llevó a cabo con el resultado menos esperado y más temido, cada pájaro tenía una porción equivalente de poder que les alcanzaba minimamente para dos o tres gorjeos pero no para cantar como El Mejor Pájaro del Bosque, dándose la curiosa paradoja que una calandria estaba en la rama de los ruiseñores, un cuervo se paraba entre dos mirlos o un mixto votaba junto con las calandrias, haciendo caso omiso de las voces de los pájaros de su misma especie que miraban estupefactos.
Tal era la confusión reinante, que nadie se percató de la presencia del tordo, que volvía silenciosamente a ocupar su lugar en el Árbol Grande.
Que pena que los cabecitas negras no pudieron verlo, volvería para quedarse ?...
¡ Van a elegir El Mejor Pájaro del Bosque !
El viejo tordo, que había pasado innumerables veces por todo esto, sonreía para sus adentros y acomodando el plumaje a la tibieza de la rama, se dispuso a escuchar sin interrumpir.
- Deberíamos vestir las mejores plumas, dijo la lechuza, eso hará que se fijen en nosotros.
- No, no. no, dijo el gorrión, nosotros tenemos un color que no llama la atención y sin embargo somos tantos que fácilmente podríamos ser los elegidos.
- Según como se mire, intervino el cuervo, nos corresponde a nosotros el honor de ser los mejores, ya que tenemos habilidades como imitar la voz humana y hasta podemos, humildemente hablando, sacarle los ojos.
Unos loros que escuchaban entre tímidos y resignados, decidieron no decir nada ante este comentario, un poco por saberse íntimamente repetidores y otro poco por el miedo a la represalia de los “pájaros asustadores”, como le decían ellos en la intimidad de sus nidos.
- Queremos ser escuchados, gorjeó fuertemente un cabecita negra, no queremos desaparecer como ya ha pasado en otros bosques con el pretexto de la reubicación con fines de progreso ¡
Las palomas, haciendo gala de su mote histórico, aún no se habían enterado de la reunión y por lo tanto andaban entremezcladas con los demás pájaros, picoteando las migas que el tordo dejaba caer con una actitud que los cuervos tildaban de displicente, los gorriones miraban con satisfacción y los loros con cautela.
-Atención, atención, se oyó gritar al cuervo, si están todos de acuerdo, que cada pájaro exponga y procedemos de una vez.
- ¿Y quien elige a quien ?, preguntó un pájaro carpintero recién llegado a la reunión.
- Lo ideal es que cada uno de nosotros se postule como candidato y votemos todos, dijo un cabecita negra.
- Me opongo, dijo un cuervo, propongo una reunión de cada uno representando a cada uno de nosotros y nos sentemos solos en una rama más chica para poder hablar tranquilos,
Uno de los loros acomodó el plumaje para negarse, pero nadie supo que quiso decir porque su compañero le recordó al oído que con su comentario iba a contradecir a uno de los pájaros asustadores y finalmente el loro calló.
- Propongo que consultemos al tordo, dijo el ruiseñor, en otras oportunidades lo hicimos y no nos fue nada mal, no ?
- De ninguna manera, saltó un mirlo joven, ha llegado la hora de que se escuchen voces nuevas en el bosque !
Este comentario caló muy hondo entre los presentes y especialmente entre las calandrias, que de tanto en tanto y haciendo gala de su facilidad para burlarse de otros pájaros los imitaban desde las altas ramas de un pino, divirtiéndose con las confusiones producidas.
El viejo tordo decidió que era hora de levantar vuelo por un tiempo y se dirigió a un árbol lo suficientemente lejano como para no oír el bullicio de la asamblea pero no tanto como para no enterarse de a ratos de que iba la cosa. Sabía en lo más íntimo que ése era su bosque y aunque se burlasen los mirlos o le patearan el nido continuamente las calandrias, siempre iba a contar con el apoyo incondicional de los cabecitas negras, que tenían vivo el recuerdo de los primeros vuelos, los primeros nidos, las primeras tormentas...decidió que lo mejor era quedarse en ese árbol y empezó a entre dormirse lentamente.
Mientras tanto, la asamblea continuaba, sin poder ponerse de acuerdo sobre la forma en que iba a ser elegido El Mejor Pájaro del Bosque.
- Tengo una idea, dijo el ruiseñor, llamemos otros pájaros de otros bosques y que ellos pregunten de forma anónima quien podría ser de nosotros el elegido.
- No sirve, dijo el cabecita negra, ya lo han hecho en el bosque de al lado y a nuestros hermanos nunca les preguntan nada.
- Ya sé, gorjeó tímidamente un mirlo, dividámonos en varios árboles, deliberemos y traemos a la Asamblea cada resultado y los discutimos entre todos.
Este comentario provocó una ola de discusiones, insultos y el ruido de los aleteos se hizo insoportable al punto de que nadie escuchaba las protestas del mirlo, que sostenía a pluma batiente que él no había dicho tal cosa, mientras una calandria oculta entre el follaje, se regodeaba en su perfecta imitación del pobre mirlo, señalado para siempre como el causante de la batahola.
La discusión se prolongó hasta altas horas de la noche y extrañamente y sin que nadie se percatara de ello, estaban ya dispersos en distintos árboles, aunque curiosamente, podía distinguirse en cada árbol la presencia de un mixto, que con actitud humilde y respetuosa, escuchaban en silencio y asentían cada comentario, fuera cual fuera el pájaro que lo gorjeaba o el árbol en que se encontrase.
Se acercaba el día y finalmente, debían tomar una decisión y los cabecitas negras se esperanzaban en que la cordura iba a reinar y se acomodaron en las ramas del Árbol Grande a esperar la llegada de los otros pájaros. Fue en vano. Finalmente se decidió que iban a elegir entre todos y por separado, que fue la única frase que hizo levantar la cabeza a las palomas, que se miraban entre sí extrañadas, tratando de entender que querían decir con eso, aunque finalmente volvieron a las miguitas, total, ellas nunca se interesaron por esas cuestiones vanidosas y de hecho, jamás elegían a nadie.
El tordo estiró lentamente sus alas, se incorporó en silencio y decidió que había llegado el momento de actuar, inspeccionó las otras ramas y los otros árboles antes de salir y finalmente volvió a sobrevolar, amparado en la oscuridad de la noche, al Árbol Grande, que estaba completamente desolado, ya que los últimos cabecitas negras que quedaban, habían decidido irse a sus nidos, porque nada tenían que hacer allí, al fin y al cabo el único pájaro que los entendía los había dejado solos, a merced de los cuervos, que tomaban posición del Árbol Grande, acomodando en las mejores ramas alguna que otra calandria, dos o tres mirlos y estratégicamente ubicados, una considerable cantidad de mixtos, que nunca pedían la palabra y escuchaban en silencio, ellos tenían la ventaja y la costumbre de poder hablar en otras ramas y en otros árboles, a solas. Alguna calandria chismosa llegó a afirmar muy oronda, que ellos podían hablar a solas hasta con el tordo, aunque como decía un cardenal viejo: “lo que pasa en el bosque, queda en el bosque”.
Finalmente, la votación se llevó a cabo con el resultado menos esperado y más temido, cada pájaro tenía una porción equivalente de poder que les alcanzaba minimamente para dos o tres gorjeos pero no para cantar como El Mejor Pájaro del Bosque, dándose la curiosa paradoja que una calandria estaba en la rama de los ruiseñores, un cuervo se paraba entre dos mirlos o un mixto votaba junto con las calandrias, haciendo caso omiso de las voces de los pájaros de su misma especie que miraban estupefactos.
Tal era la confusión reinante, que nadie se percató de la presencia del tordo, que volvía silenciosamente a ocupar su lugar en el Árbol Grande.
Que pena que los cabecitas negras no pudieron verlo, volvería para quedarse ?...
miércoles, 6 de marzo de 2013
Hasta siempre
No tengas miedo, cachorro americano:
un león ha muerto. Pero quedan otros
en el incierto páramo donde habitamos.
La selva del Norte es calculadora y fría,
pero nosotros tenemos la astucia
y valentía, de saber defendernos,
de descender con nuestros ángeles
al mismísimo infierno y hacer tronar
el escarmiento. Y castigar la cobardía.
Lloraremos desde el fondo de los tiempos
la ausencia de los grandes, no con solemnes estatuas,
no con fatuas honras que no llevan pan
al pueblo, sino con la lucha y la palabra,
con el històrico ejemplo que persiguieron
ellos, liberando al intelecto de la masa,
para que cada cachorro americano
viva para siempre en su bandera
para que siga siendo primavera
en la tumba de los héroes que no pasan.
Eso si, cachorro americano:
aprende a buscar en la manada
los olores que coinciden y te marcan,
no vaya a ser que te confunda una corona,
o la mentira que al águila desmorona
te lleve equivocado a otro sendero,
aprende del cachorro verdadero
que cuando muere el león:
sigue a la leona...
un león ha muerto. Pero quedan otros
en el incierto páramo donde habitamos.
La selva del Norte es calculadora y fría,
pero nosotros tenemos la astucia
y valentía, de saber defendernos,
de descender con nuestros ángeles
al mismísimo infierno y hacer tronar
el escarmiento. Y castigar la cobardía.
Lloraremos desde el fondo de los tiempos
la ausencia de los grandes, no con solemnes estatuas,
no con fatuas honras que no llevan pan
al pueblo, sino con la lucha y la palabra,
con el històrico ejemplo que persiguieron
ellos, liberando al intelecto de la masa,
para que cada cachorro americano
viva para siempre en su bandera
para que siga siendo primavera
en la tumba de los héroes que no pasan.
Eso si, cachorro americano:
aprende a buscar en la manada
los olores que coinciden y te marcan,
no vaya a ser que te confunda una corona,
o la mentira que al águila desmorona
te lleve equivocado a otro sendero,
aprende del cachorro verdadero
que cuando muere el león:
sigue a la leona...
miércoles, 14 de noviembre de 2012
Carta abierta a la politica.
Va a
ser difícil, pero a ver si logro hacerme entender. Provengo
de una familia humilde y antiperonista
(mi padre se negó a ponerse el luto por la muerte de Evita), crecí
rodeado de las lecturas de Borges y Nietzsche, Kierkegaard, la Biblia y el
nihilismo, me arrojé a la vida mezclando Eça de Queiroz en la mesa de luz, las
puteadas de Dalmiro Saenz, y al lado...la libreta de matrimonio con mis
flamantes 18 años. En algun momento me robaron buena parte de mi juventud, me
engañaron con la guerra contra el terrorismo y las tapas de Gente que estábamos
ganando. Suerte que podía comprar la Humor y menos mal que la entendía. A los
25 años entré a trabajar en la ex DEBA y a militar en Luz y Fuerza donde me asomé al
peronismo, justo en la bisagra del cajon de Herminio. Se me puso la piel de
gallina cuando vi asumir a Alfonsin por la cantidad de gente en la plaza. Algo
no me cerraba de la economia radical pero nada fue comparable a la fiesta de
los 90. Sin palabras. Después el pueblo eligió a De la Rua y la brújula se
perdió como un alfiler caído detrás de la mesa de luz: para siempre. Llegamos a la era
K y todo cambió, estando de acuerdo o no con este modelo nacional y popular,
nadie que se equivoque tanto pueda remontar el porcentaje de votos hasta pasar
mas de la mitad en tan poco tiempo. Entonces me pregunto: quien se hubiera
suicidado votando otro período de gobierno a cualquiera de los presidentes que
llevaron al país a la ruina económica y moral?. Nadie. Entonces: porque no se
le da la posibilidad de sí hacerlo cuando hay conformidad con quien esté
gobernando en ese momento?. De todas formas, la gente ha madurado políticamente
como para no votar si no quiere, no estoy anticipando mi voto, acostumbro
decidirlo siempre más cerca de cada elección y pongo en la balanza cuestiones
que sería muy largo enumerar. No me escandaliza la elección indefinida, me
asusta esta nueva forma de discriminación política, rayana en la violencia de género, que esconde detrás a una
oposición carente de proyectos. Déjenme votar tranquilo, dejen postularse
tranquilo, dejen gobernar tranquilos.
lunes, 2 de julio de 2012
Manual del Politico Local
BREVE
MANUAL DEL POLÍTICO LOCAL
PROLOGO
CAP. 1 - GOBERNAR SIN HACER GOLES.
CAP. 2 - LOS EJES DE CAMPAÑA: ETERNOS.
CAP. 3 - LOS CONCEJALES Y EL RIESGO DE ARMAR UNA
LISTA.
CAP. 4 - DE
MANO DERECHA A PULGAR PARA ABAJO.
CAP. 5 - LAS ALIANZAS: SÓLO SI ES IMPRESCINDIBLE
CAP, 6 - LA EXPOSICIÓN PUBLICA O LOS RIESGOS DE LA
PRENSA.
CAP. 7 - LAS
COMISIONES Y EL TRABAJO EN EL CONCEJO.
CAP. 8 - EL
RIESGO DE POLITIZARSE UNO MISMO.
CAP. 9 -
LLEGANDO AL PODER.
CAP. 10 - POLÍTICA Y REDES SOCIALES.
CAP. 11 – OPOSICIÓN Y OPOSITORES
EPILOGO
PROLOGO.
Hartos, pasados y felices años
de participación política en tareas ejecutivas tales como barrer, cebar mate y
no haber ostentado cargo alguno jamás, me habilitan a escribir sobre algo que
conozco en demasía y además intuyo y que ha despertado en mí pretendidas
reflexiones, con la única intención de provocar otras. Si eso ocurre, un
objetivo estará cumplido. Más allá de la vana lectura, la aseveración o la
crítica, ya estoy muy bien pago con sacarme de encima los pensamientos que
siguen.
CAP. 1 - GOBERNAR SIN HACER GOLES.
Los que saben de fútbol dicen
que la formula del éxito es jugar bien, que los goles vienen solos. Algo
similar pasa en política, con la diferencia que el plazo de exposición no es
cada domingo, sino cada dos años. Le toca a la dirigencia representante de cada
fuerza política obrar en consecuencia para encantar o desencantar a propios y
extraños. De cualquiera de las dos maneras, sea gobierno u oposición, la
responsabilidad de trazar un plan de gobierno que se ajuste a las necesidades y
prioridades de un distrito harto fácil por su reducida extensión y su
planificación, tiene dos frentes principalísimos a tener en cuenta:
1) el Presupuesto, que no
pudiendo tomar más vuelo que el que la Provincia y/o la Nación le provea, se
reduce solamente a su correcta distribución y
2) el salario de los empleados
Municipales.
CAP. 2 - LOS EJES DE CAMPAÑA: ETERNOS.
Áreas fundamentales como
vivienda, trabajo, acción social, educación, (entre otras muchas que sería
largo enumerar), deberán ser debatidos no solamente con la primera línea del
Partido (cuando se es gobierno con los ejecutores de áreas, principalmente),
sino también con aquellos afectados directos que a causa de lidiar
cotidianamente con esas cuestiones, pueden dar un toque de realidad al análisis
de cada tema. Jamás se le debe temer al debate de ideas sino que por el
contrario, se lo debe incentivar ya sea con mesas de conversación,
introduciendo militantes en las instituciones o en el mano a mano con los
vecinos.
CAP. 3 - LOS CONCEJALES Y EL RIESGO DE ARMAR UNA
LISTA.
Este es un paso importante. El
primer consejo es el más fácil: que no se la armen, pero es también el más
difícil cuando uno pertenece a esa raza de políticos que lo saben todo y no
escuchan a nadie. Hay que procurarse el olfato mínimo y necesario para incluir
en esa lista a verdaderos representantes de cada sector, teniendo la agudeza
necesaria para ir delineándola como representativa de los interesases del
distrito, dividiéndola en áreas sensibles a las instituciones y los votos de
los independientes. Para ello hace falta tener ojos y oídos en todas partes y
no me refiero a las famosas encuestas: harto experiencia me sobra para
demostrarles que forman parte de maquinarias perversas que sólo complacen a
quienes las pagan, narcisismo mediante, o que por su ejecución en manos de
personas ajenas a la comunidad, a veces se completan de forma ligera y sin respetar
cánones establecidos a raíz de su misma urgencia en entregarlas. La verdadera
encuesta son los lugares cotidianos de compras o la reunión en cada casa o la
salida de la cancha o la peluquería, por citar casos comunes y concretos.
Hágase su propia lista. Compárela con la que le llegó por el Partido y déjese
llevar por su intuición: si es usted un buen
político, eso nunca va a fallar.
CAP. 4 - DE MANO DERECHA A PULGAR PARA ABAJO.
Los dirigentes, que son la
cara del partido, tienen también su nuca y son los colaboradores o ejecutores
de la acción de gobierno, son quienes en épocas buenas y en las malas, los que
tendremos en el podio a la hora de festejar o los que sostendrán la derrota
viviendo en la cornisa de ser chivos expiatorios, por lo tanto se deberá cuidar
muy bien en la elección de los mismos, habida cuenta que el resultado de una
magra votación puede ser tanto a causa del número uno de la lista como del
seis, el capataz de Viales, el Director de Acción Social, el Secretario de
Gobierno o el referente de una localidad, cualquiera de ellos será el talismán
preciado o el piantavotos de cualquier elección. Deberán ser lo suficientemente
confiables como para delegar en ellos políticas a aplicarse, tener la dosis
justa de ambición para que puedan crecer y desarrollarse en bien del partido y
el distrito pero la lealtad necesaria para evitar una interna al poco tiempo de
andar, para asegurar así una permanencia en el tiempo de la fuerza gobernante,
más allá de nombres o trayectoria.
CAP. 5 - LAS ALIANZAS: SÓLO SI ES IMPRESCINDIBLE
Aquella fuerza política que no
pueda evitar una alianza con miras a una contienda electoral, deberá tener en
cuenta un aspecto fundamental: la elección de sus aliados. No debe hacerla con
una fuerza similar o superior, ya que el riesgo de ser fagocitado por aquella
es latente, por el contrario, de hacerla con una fuerza de menor peso (o
varias, sería lo ideal), daría como resultado un mejor manejo en la “mesa
chica” a la hora de repartir cargos o nombrar funcionarios en áreas muy
sensibles. Llegada la hora de la adversidad y los malos tiempos, no es de
asombrarse que su mejor aliado de ayer... sea su principal enemigo de hoy, lo
que permitirá un jaque mate rabioso a la hora de deslindar las
responsabilidades de una derrota y regresar airoso a la arena política: sólo es
cuestión de tener la habilidad suficiente para hacer comprender al electorado
que usted fue traicionado o que se apartaron de los lineamientos que dieron
origen a esa misma alianza.
CAP. 6 - LA EXPOSICIÓN PUBLICA O LOS RIESGOS DE LA
PRENSA.
Todos
sabemos, de tanto verlo, que hay personas proclives a entusiasmarse con un
micrófono por delante y si eso implica una cámara, tanto más el riesgo de caer
en las garras del pensamiento de don Ata, que decía que el hombre es dueño de
su silencio y esclavo de sus palabras, por lo tanto, es conveniente ser cauto
en el uso de las mismas y poner frecuentemente a otros dirigentes o
funcionarios, (alternándolos eso sí), en la delicada función de dirigirse al
pueblo, con la consabida excepción de anuncios que, por su magnitud, puedan
decidir el resultado de una elección o por su gravedad, puedan dejar flotando
la sensación de temor a dar la cara o lo que es peor, dar lugar a que se
instale la idea de ineptitud para gobernar. Ante la duda: es preferible un
silencio que deje lugar a una defensa “soto voce” por parte de los cuadros de
segunda línea o incluso, de los mismos vecinos a un discurso del cual deba
arrepentirse o lo que es peor, salir a corregirlo. Hay que extremar las
precauciones en lo relativo a las fotos: éstas deberán mostrarnos siempre con
una actitud formal o un aire casual, no debemos permitirnos el lujo de salir
abrazados eufóricamente ni siquiera en un corte de cintas y observar siempre a
nuestro alrededor la presencia de carteles o leyendas que puedan perjudicarnos
o ser usadas en nuestra contra.
CAP.
7 - LAS COMISIONES Y EL TRABAJO EN EL
CONCEJO.
Si
se es gobernante, se debe procurar tener la mayoría de las Presidencias de las
Comisiones, dando a la oposición aquellas que no revistan mayor importancia o
creando algunas si es necesario, para después negociarlas, dándoles la
sensación de haber perdido poder en la distribución y procurando que no se
advierta jamás el porcentaje o el peso que detentemos: eso se podrá utilizar
llegado el momento de la votación, con eso basta y sobra para quedar en la
imagen de la opinión pública como ganadores. Pero. por el contrario, si se es
oposición, hay que tener sumo cuidado a quien y en donde peleamos, para no correr
el riesgo de terminar presidiendo una Comisión jaqueada todo el tiempo con
proyectos de ordenanzas imposibles de resolver. Asimismo, se deberá procurar en
todas las sesiones presentar proyectos sensibles y de interés general, si nos
los hubiera, procurar idearlos de forma que la presencia de los mismos suscite
interés en la gente y demuestre la preocupación por resolver los problemas de
los vecinos, pero no dejar pasar una sesión sin presentar por lo menos tres o
cuatro, para ello también es aconsejable hacer participar en los mismo no
solamente a interesados directos sino también a profesionales que asesoren en
cada caso. Esto se logra haciendo caminar la calle a los concejales, a
colaboradores directos o indirectos o poniendo los parlantes más efectivos que
hay: los propios votantes, escuchándolos o haciéndonos traer su pensamiento.
CAP.
8 - EL RIESGO DE DESPOLITIZARSE UNO
MISMO.
El
día que un político deje de tener sueños, se convierte en una cáscara vacía. Ya
sea porque detente el poder y espere ávidamente a fin de mes su ingreso por la
función para invertirlo como un salvataje al futuro o si, por el contrario, es
opositor y solamente está medrando en que llegue el día de estar en ese lugar
para recuperar lo que, equivocadamente, supone una inversión. Un político
empieza por los sueños, sea un niño, un joven estudiante o un anciano sentado
en el banco de la plaza que se dice a sí mismo: Ah...si yo fuera Intendente ! y
sueña con arreglarlo todo. Ese es el político que todos llevamos dentro y a
quien no debemos soltarle la mano jamás.
CAP. 9 -
LLEGANDO AL PODER.
Según
dicen los que saben, lo difícil no es llegar, sino mantenerse. La implacable
picota de los dos años que mencionaba antes, da muy poco margen de error. Si es
necesario hacer cambios, deberán estar en los primeros tres meses de gobierno,
eso nos da un margen de olvido
aceptable que sumado a una actividad vertiginosa de distracción de los
votantes, en donde aportan la preocupación por el sustento diario, las fiestas
calendarias o los espectáculos gratuitos que siempre ofrecen distracción,
estaríamos en un margen de olvido aceptable. Jamás hacer cambios drásticos en
épocas previas a las de elecciones, eso supone una debilidad para gobernar y
una falta de previsión política que hace dudar al electorado. Es conveniente
además, pausar períodos de gobiernos aceptables para poder regresar exitoso con
un bagaje de buenos períodos anteriores sin caer en la abominable tentación que
supone la reelección indefinida de los gobiernos municipales.
CAP.
10 - POLÍTICA Y REDES SOCIALES.
Ninguna
actividad escapa al fenómeno de las redes sociales. Independientemente de la
opinión formada de cada uno de nosotros sobre Facebook, Twiter, Hotmail o
cualquiera de tantas que circulan en estos días, lo cierto es que junto a los
mensajes de texto de los celulares, se han convertido en un aliado
imprescindible de la política a la hora de comunicar, comunicarse y
comunicarnos. Yo las llamo EL QUINTO PODER ya que han desplazado a los diarios,
las radios y la televisión por estas horas en la función periodística y prueba
de ellos es que los mismos animadores y locutores utilizan esta tecnología en
vivo, aliándose con la mensajería electrónica para tener una rápida información
al aire. Es importante contar con ellas no solamente durante la gestión de
gobierno o cuando se está en la oposición, (armando una verdadera red de
información y testeo), sino fundamentalmente en el momento de un acto
eleccionario, procurando el acceso gratuito a las mismas no sólo a los fiscales
y veedores, sino a los referentes más confiables que circulan durante el
desarrollo del acto asegurando transparencia y son de verdadera utilidad en ese momento histórico de la
democracia.
CAP. 11 – OPOSICIÓN Y OPOSITORES
Es
de rigor mantener una buena relación con la oposición, a los ojos de aquellos
observadores y posibles votantes que esperan de su candidato un político
equilibrado, que no demuestre excesivas pasiones ni que esté todo el tiempo
enemistándose con los demás o pronunciando exabruptos verbales hacia las
fuerzas políticas de la vereda de enfrente. Y digo con la oposición, esto no
implica a los opositores. A ésos si se deberá cuidar muy bien de tenerlos lo
suficientemente controlados para que no constituyan un obstáculo a la hora de
gobernar o en épocas previas a las elecciones, principalmente. Esta doble
estratagema permite que los opositores sueltos no encuentren un cauce a sus
reclamos ya que las relaciones institucionales de los partidos tendrán una
buena relación que no querrán fracturarla y será así, finalmente, la oposición
quien contribuirá a apaciguar los ánimos haciéndole entender que no pueden caer
en el juego de la pelea a la vista de los votantes, pero cayendo
irremediablemente en el nuestro.
EPILOGO.
A
cualquier creador que le pregunten por su obra, les dirá que está conforme con
lo que ha escrito. No ha sido nunca mi caso. Y menos cuando se trata de algo
tan delicado como es la política, de la que he sido espectador de lujo y he
tenido la suerte de haber podido escuchar a muchos referentes locales e incluso
provinciales y nacionales, he sido privilegiado al ser testigo de decisiones
tomadas sobre la marcha en momentos críticos y de bonanza. A todo eso he pagado
con las únicas monedas que llevo siempre en los bolsillos: silencio y lealtad.
Buenas tardes.
viernes, 16 de septiembre de 2011
Miedo a decidir, JPS o el avestruz ?
El notable filósofo Jean Paul Sartre en su libro “El existencialismo es un humanismo” describe tres afectos que acompañan a la libertad: la angustia, el desamparo y la desesperación.
Algunas de ellas pueden ser coincidentes con respecto a las cifras de las primarias , habida cuenta de que antes de saberse (of course) los resultados electorales de la patria chica, cito en un párrafo de la entrada anterior:
"...acá se les divide el camino: se convertirán entonces en asesinos justos de quienes no los hacen visibles ...o seguiran siendo los invisibles de turno que forman parte de una manada que se pierde en el polvo de su propia estampida ? Qui lo sá.."
Y se supo nomás. Inadvertido para muchos, olfateados por otros y cantado por muy pocos, las cifras oficiales de la contienda electoral arrojaron una paridad asombrosa en cuasi 3.000 votos para el Peronismo y algunos menos para el Vecinalismo (empate técnico, dirán algunos), pero lo asombroso de todo fue la cantidad de votos en blanco...digamos unos 550.
Muchos, no ?
La lectura es desigual en tanto y en cuanto la hagan los políticos, los mismos electores o los opinólogos de siempre, pero deja un gusto amargo para quienes venimos militando en organizaciones sindicales o políticas desde siempre y exigiendo la vuelta a la democracia, aún sabiendola imperfecta pero una herramienta valiosísima para crecer como sociedad, como ciudadanos y como distrito. Orillando el análisis del absurdo, sería un suicidio político aventurar un resultado electoral en la próxima elección, habida cuenta que esas 550 voluntades tienen una encrucijada que les pone por delante la ruta ya elegida en la primera oportunidad o seguir cualquiera de los caminos alternativos que en su momento desecharon por íntimos motivos, sin detenerse a pensar en la importancia del deber cívico, sin siquiera recordar aquella frase que decía "esto lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie"
Los invisibles de turno, esta vez, tienen en sus manos el destino de toda una comunidad-
Lo preocupante es saber si alguna vez leyeron a Sartre y si además, lo entendieron.
Lo triste es escribir sobre esto.
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